La ISO 9001:2015, norma de carácter internacional, es la base de la gestión de la Calidad, y se centra en los elementos de administración con los que una empresa debe contar para disponer de un sistema efectivo que le permita administrar y mejorar la calidad de sus productos o servicios.
El objetivo de la ISO 9001:2015 es llegar a un mismo punto de soluciones que cumplan todas las exigencias comerciales y sociales. En definitiva, la ISO 9001:2015 es la aplicación de los Sistemas de Gestión de la Calidad (SGC) que organiza todos los elementos de administración dentro de la empresa para ofrecer la mejor calidad y para que, cualquiera que se encuentre en el marco de esta normativa, se sitúe en una posición competitiva dentro del sector comercial, ya sea por sus servicios o por sus productos.
En el centro de formación Penta Learning, disponemos de este Certificado para asegurar a nuestros alumnos de una calidad superior como centro y con su debido material y personal docente.
El hecho de que una empresa obtenga dicho certificado hace que los alumnos, proveedores o clientes tengan más confianza en ella.
Una de las grandes ventajas que tiene cualquier organización al disponer de esta ISO es que forma parte de una red de institutos nacionales de estandarización de 162 países. Independientemente de su procedencia, las empresas se regulan por los mismos criterios de control y se ciñen a las mismas normas.
Hay que recordar que, de manera periódica, agentes certificados llevan a cabo una auditoría a las empresas con esta normativa para garantizar sus competencias. En ella, se efectúa un control minucioso de la calidad a la que deben someterse para ofrecer lo mejor de cada sector.
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En nuestro centro de formación te ofrecemos el curso de «Gestión de Calidad: Norma ISO 9001:2015” para que estés al día de todos los cambios que ésta ha sufrido tras su última actualización (publicada el 23 de septiembre de 2015). Esta actualización introdujo modificaciones que resultan muy importantes para cualquier empresa.
Algunos de los apartados más destacados son la incorporación de la gestión del riesgo o el enfoque basado en riesgos de los sistemas de gestión de la calidad. Y es que cada vez es más habitual que las empresas requieran a sus proveedores una certificación tipo ISO para acreditar la calidad de sus procesos y, de este modo, tener una garantía de empresa.